Hace diez años que la operación de Aguaragüe no sufre accidentes con pérdida de tiempo (LTI). Este hito es el resultado del trabajo en equipo y de una forma de hacer las cosas.

Eduardo Isasmendi, Aguaragüe Division Sr. Manager, y Miguel Iriarte, Health, Safety & Environment Manager, no hablan de fórmulas mágicas sino de trabajo. Miguel: “Todos los días respetamos al máximo las normas de Tecpetrol, los estándares operativos críticos y las tarjetas de peligro”. Es decir, las herramientas que propone la gestión de seguridad corporativa a cargo de Federico Sameghini, Health, Safety & Environment Corporate Director.

La noticia, entonces, es que hace diez años que en el yacimiento no ocurren accidentes con pérdida de tiempo (LTI). La supervisión de HSE, integrada a la supervisión operativa, está presente en cada frente de obra, cada equipo de trabajo y cada operación. Al planificar una tarea, sus ejecutantes revisan los riesgos en una Matriz de Identificación y Valoración de Riesgos e Impactos (MIVRI) y se generan y planifican las barreras necesarias para minimizar la ocurrencia de incidentes o accidentes: se calculan los riesgos residuales y la criticidad correspondiente.

En Aguaragüe se hace, y se hace mucho. Por eso resulta tan importante la cultura de prevención para cubrir los diferentes frentes de obra. “En estos diez años realizamos tareas de modificación de plantas de gas, paros de planta, perforamos y reparamos pozos con equipos de torre y otros. Todas labores complejas”, enumera Eduardo. “Para cuidarnos evaluamos la potencial criticidad de una tarea. Si la tarea es amarilla, la supervisamos entre HSE y la propia gente. Si es roja, la tarea se para. Las tareas verdes tienen menos criticidad y nuestra área revisa que se cumplan los estándares. Además, el personal sabe qué hacer para seguir cuidándose”, complementa Miguel.

Eduardo amplía: “Es importante la cultura que se construyó en el yacimiento, que trasciende al sector de HSE. Es una forma de hacer las cosas que nace ahí, la operación está muy permeada con los procedimientos y los objetivos de seguridad y eso se traduce en que la gente trabaja bien aun cuando nadie mira. Cuidarse a sí mismo y a los demás. Todos entienden, paran tareas y cargan sus proactividades. Es difícil, pero es uno de los objetivos que permite la organización”.

Bajar a tierra esa cultura. De eso se trata, ni más ni menos. Eduardo: “Es asombroso ver trabajar a decenas de personas en simultáneo en un paro de planta, en el que incluso hay grúas y otros equipos, recorrer todos los frentes de trabajo y ver cómo se plasma todo lo planeado en el escritorio, y que se terminen los trabajos sin accidentes ni incidentes”.

Miguel dice que el uso de las “herramientas de HSE”, el cumplimiento de los procedimientos y la cultura de seguridad son fundamentales: “Es un tema de todos. Y es clave el día a día de los supervisores y líderes. ¿Un ejemplo? El chofer que recibe a la gente en el aeropuerto de Salta para transportarlos a Tartagal les brinda una inducción antes de iniciar el viaje. Está en la cabeza de todos, se respira la seguridad. Se logró con capacitación. Estamos involucrados, la seguridad está integrada totalmente a la operación, apoyamos y vemos cómo brindar soluciones cumpliendo los estándares de seguridad. Me gusta pensar que estos diez años sin accidentes LTI son una consecuencia de todo lo que se gestiona diariamente”.