“Nunca es tarde para el cambio”
Al tiempo que celebra tres décadas en el área de Talento, Claudia De Conti da un giro en su vida y se traslada a Salta, a cargo de Recursos Humanos y Relaciones con la Comunidad. Aquí repasa su historia, en paralelo a la expansión de la compañía; incluso los momentos críticos.
Todo es súper movilizante en la vida de Claudia De Conti, hoy Human Resources Business Partner (HRBP) Manager en Salta. En enero de 2024, cuando está cumpliendo 30 años en Tecpetrol, a los ejercicios de memoria que se imponen se suma un cambio radical: acaba de dejar su oficina en Sede, en Buenos Aires, donde hace muchos años está dedicada a la atracción de talento global para mudarse a Aguaragüe, Salta, donde será la nueva HRBP, con atribuciones en relaciones con la comunidad y laborales.
“Voy a tener un rol diferente, que me pone en una posición de aprendizaje, algo que me gusta”, cuenta Claudia, en la transición a una nueva etapa en su vida.
Licenciada en Ciencias de la Educación, primera generación de universitarios en la familia, Claudia entró como JP (Joven Profesional) en Tecpetrol después de haber pasado por el proceso de selección para el Grupo Techint. Cuando la llamaron para una suplencia como asistente en TE&C, mencionó su interés en Recursos Humanos.
“En la entrevista en Tecpetrol, conté que estaba de novia, me había comprado mi casa... ¡y estaba planificando el casamiento! La persona se agarró la cabeza y miró hacia abajo”, cuenta haciendo el gesto. Hoy lleva 41 años junto a Claudio, su esposo, que es profesor de matemáticas y con gusto va a acompañarla a Salta: en Vespucio, ciudad emblema de los yacimientos de YPF, pasó su infancia.
La vuelta al mundo
Aunque había tenido otros trabajos, de docente y administrativa, su primera experiencia en Recursos Humanos fue en Tecpetrol, que apuntaló su propia formación y fue creciendo a la par con la expansión. “Empecé en el 94, cuando teníamos presencia solo en Argentina: Comodoro Rivadavia, Neuquén y Aguaragüe, en el 95 fui a Venezuela aunque en los primeros años no tenía injerencia en el exterior”, detalla.
A partir de 2000, en cada nueva operación tuvo a cargo el take over inicial. “Empecé en Camisea, Perú, donde estábamos armando empresas nuevas, en México para Reynosa, después en Villahermosa, Ecuador en 2012 y fue súper interesante llegar a Estados Unidos en 2014, con un contexto diferente, donde incorporábamos a la gente pero no podíamos preguntar ni siquiera la fecha de nacimiento por la legislación”.
En 2017, con el proyecto Vaca Muerta en marcha, “fue como si estuviera viviendo en Neuquén”, cuenta. Un take over de toda Argentina que significó pasar de 30 a 200 personas en un año, con horas y horas de entrevistas presenciales, y un equipo de reclutadoras. El desafío fue grandísimo.
El futuro detrás
Una revolución. Así define Claudia el cambio que está a punto de emprender, a los 55 años. “No solamente que nunca salí de Buenos Aires sino que hace 15 años que estoy en la misma casa, que queda a tres cuadras de la anterior”, detalla. Mientras su hija mayor, de 28 años, vive en el exterior; la menor, de 25, va a mudarse con su pareja. Dos gatos viajan a Salta con ella y su esposo.
Con un pie en cada operación, Claudia asistió a las dos fiestas de fin de año. “En Aguaragüe, Eduardo Isasmendi, que era el Senior Manager y pasó a Alpha Lithium justo cumplía 15 años en Tecpetrol y en el discurso me dijo 'gracias por la oportunidad'”. Había ingresado como PEV (Practicante de Verano).
Sin escala, desde el avión y con vestido puesto llegó a la fiesta de Sede. “¡Era la última fiesta!”. Allí, cuenta, uno de los chicos de la Vicepresidencia de Exploración y Desarrollo, Lucas Pons, se acercó a decirle gracias, porque siempre había querido ingresar a Tecpetrol. “A esta altura de mi historia en Tecpe no siento que es el lugar donde trabajo. Yo soy Tecpetrol. Tecpetrol somos nosotros. Es mucho más que una empresa, es toda mi vida que estuve acá”.
Cambio de chip
En 30 años claro que se presentaron desafíos. “Hubo un momento, hace mucho, que pensé en irme, y tiene que ver con la maternidad y el trabajo, con ese permiso mental que antes no teníamos las mujeres, de que tenés que volver porque te necesitan, algo que ya no pasa”.
Al regreso de su primer embarazo le costó, pero “cuando decidí tener a mi segunda hija sentí que laboralmente estaba preparada”, admite. Tampoco fue fácil, pero un cambio de aire le permitió seguir (en un momento pensó “este es mi nuevo trabajo”), y la lección aprendida la aplicó en los encuentros con jóvenes estudiantes sobre el rol de la mujer en la industria. “Ahora no solo hay beneficios pautados sino más aceptación de las cosas de la vida”.
Somos Tecpe
Los valores están en primer plano a la hora de la mirada retrospectiva. “Nos sigue importando el tema de que seamos buena gente. Somos súper profesionales, acá se trabaja muchísimo, tenemos que ser productivos y buenos en lo que hacemos. Esa es la base, pero tenés que ser buena gente, sino no te va a ir bien acá”, define.
“Lo que más me gusta de Recursos Humanos es que tu materia de trabajo son las personas”, agrega. “Incorporar gente y ver su crecimiento de carrera siempre me resultó satisfactorio, porque en el fondo tiene que ver con una buena decisión”.
En un momento de esta larga historia, de viajes y destinos diferentes, Claudia se planteó que le hubiera gustado trabajar en una operación, pero como un tren que ya había pasado. “No se había dado, nunca se dio, no creo que se dé”. Por eso cuando apareció la oportunidad fue una revolución completa. “Tenía ese deseo que era este tipo de puesto al que voy: nunca es tarde para el cambio”.