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Los simuladores

A medida que se producen avances tecnológicos, las metodologías de estudio se repiensan con el objetivo de hacerlas más efectivas y que favorezcan una mejor comprensión de los temas.

En 2018 Tecpetrol tenía la necesidad de brindar a los jóvenes profesionales que recién ingresaban lo que se llama el business acumen, es decir, la agudeza y el entendimiento rápido para lidiar con una situación del negocio.

Así surgió la idea de hacer un simulador.

De esta forma, en noviembre del mismo año, el equipo de Capacitación de Tecpetrol llegó a incluir su primer producto de simulación en la agenda del programa de inducción TUIC. Basado en El Tordillo, se lo bautizó “TUICdillo”.

Un simulador es una herramienta de aprendizaje que permite, en un entorno definido, tomar decisiones y obtener resultados a partir de las mismas. “Se trata de una experiencia muy enriquecedora desde el punto de vista académico y, además, es divertida y motivante porque los hace competir en equipos. Al finalizar, presentan ante los directores los resultados obtenidos y lo que aprendieron de la actividad”, expresó Tatiana Jewreiski, jefa de Capacitación.

TUICdillo cubrió el eje temático de la exploración y el desarrollo convencional. Su puesta en marcha en el marco de la TUIC fue un éxito. “El ejercicio brindó a los participantes una pequeña muestra de cuál es el foco de los diferentes sectores de la compañía y cómo se relacionan entre sí para lograr el objetivo común de desarrollar activos de manera segura y rentable”, sintetizó José Somale, que desde su rol en el sector de Mejora Continua estuvo involucrado en el proyecto desde el inicio. Hoy se desempeña como gerente de operaciones de El Tordillo, y recuerda algunos desafíos: “debía abarcar diferentes aspectos del desarrollo de un yacimiento; reservorios, perforación, producción, planificación, facilities, ingeniería de producción, seguridad, ambiente y salud, nuevos negocios, etc. Además, debía tener un nivel técnico desafiante para las distintas orientaciones y experiencias en la industria. Otro de los requerimientos era que debía estar estructurado permitiendo cambiar parámetros y obteniendo resultados lógicos para cada una de las combinaciones. Las más acertadas, maximizarían el beneficio. Por último, debían finalizarlo en un tiempo muy acotado”.

Gracias a la buena experiencia del TUICdillo y, sumado a la relevancia de Fortín de Piedra y el desarrollo de hidrocarburos no convencionales, en 2019 se decidió ir adelante con un segundo simulador: ForTUIC. Lanzado un año más tarde en la edición TUIC de noviembre de 2019, complementó el business acumen sobre esta industria.

“A diferencia del primer simulador de Tecpetrol, muchas de las decisiones que se plantean en ForTUIC deben tomarse con cierto grado de incertidumbre, es decir que refleja la realidad de la mayoría de los desarrollos shale. De hecho, en el proceso de armado del modelo, nos encontramos con que los participantes debían evaluar decisiones o soluciones a situaciones que aún hoy seguimos estudiando en Fortín de Piedra. Esto se debe a que requieren largos plazos de implementación y evaluación, e incluso, pueden cambiar en el tiempo en función de la tecnología disponible y de la experiencia desarrollada (propia o de competidores), entre otras variables. Incluir esto en forma adecuada en el contenido, en las premisas y en la dinámica del juego, fue sin duda el mayor desafío que enfrentamos en la elaboración del simulador”, explicó Patricio Valls, gerente de Gestión de Proyectos cuenca Neuquina y Vaca Muerta.

Los rescates luego de cada ronda de la actividad y las conclusiones finales, brindaban a los participantes la comprensión y el “clic” final sobre la lógica detrás del proceso productivo. “Para una contadora como yo, la palabra para describir la experiencia del simulador es: “increíble”. El contenido teórico dado durante la TUIC es muchísimo. La escuela de campo te permite verlo en la realidad, pero el simulador te da ese plus para darte cuenta si lo entendiste… Aplicar cada concepto teórico y lógico, y ver cómo cada decisión impacta en la producción y los costos. Al ser una actividad en grupo, favorece el debate y el intercambio de ideas, siendo el simulador un gran cierre de TUIC”, dijo Daiana Osorio, de Administración y Finanzas en Buenos Aires y participante de la última edición de la TUIC 2019.

Adrián Giachino, del área de Desarrollo, formó parte del equipo que creó ForTUIC. Su rol era incorporar los conceptos técnicos en materia de reservorios: “El simulador muestra lo dinámico e intenso que es el desarrollo de campos no convencionales. Los jóvenes profesionales pudieron experimentar la inercia que trae aparejada cada decisión que toman, teniendo que esperar en el mejor de los casos meses o hasta algunos años “virtuales” para ver el impacto de las mismas”.

Franchesca Renzullo, ingeniera de pad en Neuquén, expresó que “esta modalidad acelera el proceso de aprendizaje a través de una visión completa y global de las operaciones. Dimensionar que nuestro trabajo es un engranaje de algo mucho más grande nos permite valorar su importancia y trabajar alineados al objetivo de nuestra compañía. Otro de los pilares del aprendizaje es la posibilidad de recorrer el proceso de desarrollo de un yacimiento como un ciclo completo, evaluar resultados y reajustar las decisiones tomadas”.

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