Historias de Latinoamérica en Neuquén
Terminó el Festival de Cine Latinoamericano de Tecpetrol, organizado con la Fundación PROA. En una sala llena, aplaudimos junto al público y te lo contamos.
Hubo lugar para todo y en el contexto ideal: el Festival de Cine Latinoamericano de Tecpetrol. La propuesta fue tan colorida como las diferentes costumbres de nuestro continente. Volvió a Neuquén la fiesta del cine, y lo hizo de la mano de la Fundación PROA, que lo lleva adelante desde hace más de 20 años.
La cita fue triple: viernes 27, sábado 28 y domingo 29 de septiembre en el cine del MNBA (Museo Nacional de Bellas Artes) de Neuquén capital. En auditorios con mucha gente, con un lleno casi total el sábado a la noche, las más de 500 personas que pasaron por la sala pudieron ver cuatro películas tan distintas en su propuesta como similares en sus motivaciones: El Castigo, del aclamado cineasta chileno Matías Bize, el documental Mavita, llena eres de gracia, ópera prima de Candela Vetrano, la comedia mexicana Amores Incompletos, de Gilberto González Penilla, y la aclamada Puan, de la dupla argentina conformada por María Alché y Benjamín Naishtat.
La propuesta, curada por Lucía Tebaldi, docente en Imagen y Sonido de la Universidad de Buenos Aires, y Guillermo Goldschmidt, Project Manager de Fundación PROA, fue un éxito y no se quedó solamente en las películas, ya que luego de cada función se habilitó un espacio de debate que terminó enriqueciendo las propuestas de cada obra con los comentarios del público.
Entre las butacas, Andrea Fernández, CORE Manager para la Región Cuenca Neuquina, estaba feliz y se le notaba: “Es una alegría poder traer este ciclo de cine latinoamericano a la cuenca y tener la participación de tantos espectadores”.
“En este contexto, la respuesta del público y la convocatoria fue excelente, hubo salas con mucha gente y salas casi llenas. El crecimiento de la ciudad demanda estas actividades culturales. La verdad es que haber tenido esa convocatoria es un gran éxito”, suma Guillermo, y concluye: “Estamos muy contentos, con muchas expectativas, con ganas de seguir trabajando con el MNBA, que tiene una sala increíble, proyector nuevo, pantalla nueva: un lujo ver cine en ese lugar. Queremos aprovechar este puntapié para sumar propuestas”.
Generar conocimiento y llevar el debate más allá. De eso se trató también el ciclo, que propició, en palabras de Andrea, intercambios muy ricos con el público: “Traer este tipo de actividades culturales nos acerca más a la comunidad porque nos muestra, a su manera, la identidad de cada lugar”.
¿Y ahora? “Para nosotros es un orgullo articular estas propuestas. Queremos volver el año que viene porque el espacio que nos dio el museo es muy importante. Lo valoramos muchísimo”, cierra Andrea, mientras los últimos espectadores dejan la sala.