Un deseo grande como la puna
Con esfuerzo y visión, Néstor Carral transformó las limitaciones de su entorno en el motor de su éxito, marcando un antes y un después en su comunidad de San Antonio de los Cobres.
“En medio de la dificultad yace la oportunidad”, dijo Albert Einstein, y con esas palabras se podría definir la vida de Néstor Carral, Facilities Lead Supervisor de Alpha Lithium y el primer ingeniero de la puna y en la historia de San Antonio de los Cobres, un pueblo de casi 7.000 habitantes en la provincia de Salta, en el noroeste argentino.
San Antonio de los Cobres es conocido por ser uno de los puntos más altos de Argentina, a más de 3.700 metros sobre el nivel del mar, y por ser la estación final del icónico Tren de las Nubes, que serpentea entre montañas y viaductos ofreciendo vistas imponentes del altiplano. A pesar de su belleza paisajística, las condiciones de vida aquí son extremas: bajas temperaturas, aire seco y escaso oxígeno desafían diariamente a sus habitantes.
Tiene 36 años y nació en una familia humilde, con un padre ferroviario, que falleció apenas Néstor tenía 4 años de edad, y una madre artesana que falleció cuando cursaba el 2° año de la facultad. “Siempre tuve una mente inquieta y creativa. Desde chico se me daba por buscar soluciones a problemas y ayudar”, cuenta Néstor. Su primer contacto con la ingeniería fue al terminar el secundario, cuando empezó a trabajar como ayudante en una empresa que hacía instalaciones de redes de gas natural. “Ahí veía las tareas de quienes ejercen la ingeniería, cómo se planificaban proyectos y se tomaban decisiones. Conocí profesionales muy buenos que me llevaron a decir ‘yo también puedo hacerlo’”, comenta.
En paralelo, desde el directivo de ese entonces del colegio 5025 Tito Villegas propuso concursar por una beca EDESA destinada a los 10 alumnos sobresalientes de la Provincia de Salta. “Quería cambiar la vida de mi familia, así que decidí intentarlo”, recuerda Néstor, quien superó ese desafío a pesar de competir con estudiantes de escuelas técnicas y colegios de la cuidad con mejor nivel.
Para iniciar los estudios en la universidad viajó a la localidad de Cerrillos, donde se hospedó en la casa de un tío que vivía a unas dos horas y media de la Universidad Nacional de Salta, su siguiente destino.
Pero el cambio del secundario a la universidad no fue sencillo. “El primer día de las nivelaciones me saqué un 0,25. El nivel de mis compañeros era inmenso comparado al mío. Pero esa es una de las cosas que siempre me caracterizó: no quedarme a pesar de una caída, seguir para adelante”, destaca. Gracias a un profesor del colegio 5025 el ingeniero Abel Carmona y la perseverancia, Néstor logró reponerse y mejoró todas sus notas para el final del año.
En segundo año consiguió hospedaje en un albergue de San Antonio de los Cobres que estaba más cerca de la facultad, así que volvió para continuar sus estudios desde allí. En ese mismo periodo falleció su madre, único sustento económico, entonces tuvo que trabajar. Tiempo después, en 2016, Néstor finalizó sus estudios como ingeniero civil, marcando un hito en su pueblo al ser el primer profesional con título de ingeniero. Un ejemplo de superación.
Entre 2016 y 2019 volvió a su escuela secundaria N° 5025 Sagrado Corazón de Jesús pero como docente, y dio clases de matemáticas, física y astronomía, y química. Esa voluntad de retribuir a su comunidad la tuvo desde muy chico, ya que a los 13 años se sumó al cuartel de bomberos de San Antonio de los Cobres, donde llegó a ser jefe de bomberos con el cargo de oficial hasta 2022. “Mi objetivo siempre fue volver y aportar de alguna manera lo que pude aprender a lo largo de mi vida”, confiesa.
Posteriormente, concursó para impartir clases en la Escuela de Educación Técnica 3173, con orientación en Química, donde pudo compartir conocimientos en distintas materias. Y así también se desempeñó como profesor adjunto y jefe de trabajos prácticos en las materias de Dibujo Técnico, Estabilidad y Resistencia de Materiales, dentro de la Tecnicatura Industrial Electromecánica de la Universidad Nacional de Salta, contribuyendo a la formación de futuros técnicos.
Este año Néstor ingresó a Alpha Lithium y él lo cuenta con orgullo. “El proceso fue extenso y desafiante, con múltiples entrevistas que requirieron preparación y esfuerzo constante. Sin embargo, siempre mantuve la confianza en que lograría alcanzar este objetivo. Hoy puedo decir con satisfacción que formar parte de este equipo es un gran logro personal y profesional. Me siento plenamente integrado, lo cual me motiva a continuar creciendo en mi carrera. Aspiro a seguir aportando valor con mis conocimientos y habilidades, contribuyendo al éxito colectivo y al desarrollo de nuevos proyectos que generen impacto positivo”, asegura. “Estaré siempre agradecido a cada persona que me alentó a no decaer: mi pareja Gabriela Guitian, hermanas, hermanos, tíos, tías, primos, compañeros de la facultad, y especialmente a mis padres que ya no están”, remarca.
“Es difícil entender lo que implica venir de un lugar carente, donde casi no hay oportunidades. Pero si uno tiene un propósito claro, aprende de los errores, y nunca deja de intentarlo, las cosas se pueden dar. Yo no tenía nada, ¿qué iba a perder?”, concluye.