Golfo San Jorge: Juntos ante la emergencia
Las compañías que operan en la cuenca firmaron un Convenio de Ayuda Mutua que permite planificar para responder a una contingencia bajo su responsabilidad.
Nadie en la zona esperaba que en 2017 las lluvias más intensas que lo normal desbordaran los arroyos e inundaran Comodoro Rivadavia. Y cuando sucedió, que demorara una semana en irse el agua. Esto complicó no sólo la vida en la ciudad sino el trabajo en todos los yacimientos alrededor. También fue inesperado aquel viento de 230 kilómetros por hora, que disparó una alerta naranja semanas atrás, y dejó instalaciones dañadas.
Ambos episodios, considerados emergencias mayores, necesitaron una respuesta rápida con recursos materiales y humanos que muchas veces superan los disponibles. Lo mismo sucede con un incendio o un derrame en planta, eventos poco frecuentes, pero también a los accidentes viales, muchísimo más habituales, cuando la ayuda más cercana está a 100 kilómetros de distancia.
El Convenio de Ayuda Mutua que acaban de firmar las operadoras de la Cuenca Golfo San Jorge (sur de Chubut y norte de Santa Cruz), es una herramienta de planificación para responder a estos y otros escenarios de emergencias que ocurren bajo la responsabilidad de los operadores, y que afectan instalaciones, vehículos o personas.
“Mientras nosotros perdemos tiempo, los accidentados pierden la vida”, señaló Fernando Domenech, supervisor de Seguridad en El Tordillo, en diálogo con Tecpetrol Hoy. “El concepto de emergencia requiere un trabajo de planificación previa, “para que cuando llegue el momento tengamos algo ya encaminado y no empecemos a improvisar”, agregó.
Iniciado hace aproximadamente tres años, pero demorado por la pandemia, el acuerdo ya está en vigencia con la firma y el aporte de YPF (YPF Chubut; YPF Terminal Marítima; YPF Las Heras Santa Cruz); PAE (Chubut y Santa Cruz); Capex; Capsa; Termap y la propia Tecpetrol. En esta última instancia fueron seis meses de reuniones virtuales hasta llegar al acuerdo final que, tras la revisión del área legal de cada compañía, se pudo rubricar.
Entre otras pautas de colaboración, el acuerdo prevé un listado de números telefónicos de referentes con poder de decisión que estén disponibles por cada operadora para responder ante una emergencia, las 24 horas. No hay días ni horarios para las emergencias. Y ninguna empresa tiene la capacidad por sí sola de dar respuesta, cuando son de características mayores o catastróficas.
Son comunes en la zona los fuertes vientos que avivan cualquier incendio forestal, que no conoce de alambrados o de divisiones de yacimientos. “Si no se contiene un gran incendio dentro de las primeras cuatro o cinco horas es probable que se extienda bastante, quizás un día o más, entonces se requieren recursos adicionales, por ejemplo, la gente tiene que dormir, hay que reponer ropa, si la misma está mojada o contaminada, alimentos para las personas afectadas”, detalló. Una tarea de soporte logístico que va más allá del equipamiento específico para mantener el episodio bajo control.
En las grandes emergencias, cuando todos los recursos son pocos es importante tener claro cuáles son los límites y las responsabilidades de todos aquellos que pueden llegar a intervenir. Si bien la ayuda, entre empresas, anteriormente ya existía no había un marco que estableciera justamente las formas en que nos ayudaríamos con reglas de juego claras.
En el caso de que una compañía preste un recurso a otra en medio de una emergencia, el acuerdo prevé de antemano de qué manera lo va a devolver, qué pasa si ese equipo se rompe o si es un recurso consumible. La cláusula dice que debería tener las mismas prestaciones, las mismas características, de igual estándar o superior.
Siempre antes, y no durante la emergencia, el acuerdo define responsabilidades. En el caso de las personas, establece que la empresa que tiene potestad en la emergencia es la que debe actuar en primera instancia, y los demás acompañan. Así como también definir un líder de la contingencia y que la prioridad debe ser siempre la seguridad de las personas, aunque exista una emergencia en curso.
La cooperación entre los representantes de seguridad de las operadoras de la Cuenca definirá el futuro de este proyecto. Porque más allá de la letra escrita, el convenio es un primer paso para prácticas conjuntas como compartir los manuales de seguridad, compatibilizar equipos de comunicación y planes de capacitación. “Trabajar en tiempos de paz para evitar improvisación en tiempos de respuesta no tiene techo siempre hay oportunidades”.