Cada pickup o camión que transita Fortín de Piedra lo hace en alguna de las vías trazadas por Locaciones. Hablamos con Marcelo Carabajal, jefe del área en la cuenca neuquina y Vaca Muerta.

“Nuestro trabajo es que la gente pueda llegar”, dice a modo de resumen Marcelo. La tarea de su equipo es tan simple como eso: comienza en el momento en el que todo podría ser un camino, o nada, dadas las condiciones naturales de inaccesibilidad de la zona donde se desarrollan los proyectos.

“Lo que hacemos está al principio, en la línea de salida. Todo comienza en Geología: nosotros colaboramos con ese sector, que realiza el estudio de la coordenada elegida. Nuestra tarea es analizar qué hay en superficie porque su exploración es, lógicamente, a nivel subterráneo. Basándonos en la topografía de la superficie, comenzamos a planificar las instalaciones y las vías dentro de un rango establecido por ellos para los casos de pozos y pads”. Esa decisión es clave, porque entra en juego una condición inexorable: la tarea inicial es diseñar las estructuras y las vías de comunicación terrestre para que generen el menor impacto posible. Es nuestra primera regla, la más importante”.

“Hacer camino al andar”. La experiencia indica que no es tan sencillo como dice el refrán pero que basta con dar el primer paso: los metros iniciales de un trayecto que indicará por dónde transcurrirán kilómetros de recorrido, por dónde irán las pickups hacia los pads, pozos e instalaciones, y por dónde volverán a sus equipos y sus familias.

“La primera etapa es el scouting” a través de imágenes satelitales, de mapas y de observación en la locación, a la que llegan caminando, “a veces durante varias horas. Después de eso, desarrollamos la topografía y las formalidades de la simulación de coordenadas para luego hacer los estudios de impacto ambiental y pluvioaluvional para que el proyecto se pueda desarrollar”.

Convertir lo inaccesible en accesible. La misión del área no se detiene, y uno de los recorridos que ha venido trazando es el de la mejora continua: “En cada arranque de pozo tenemos un kickoff meeting. Se presenta el proyecto, se habla, se planea. En el transitar de la obra empezamos a ver puntos de mejora y cambios que surgen y tratamos de resolverlos intentando no impactar en el cronograma. En ese momento, todos los involucrados somos un equipo: contratistas, inspectores, supervisores, miembros de seguridad, equipo de relación con superficiarios y comunidades y medio ambiente. Hay una interacción continua y constante buscando esa mejora”.

Puesto Parada, Los Bastos y el interés paleontológico

Y quien dice camino dice caminos porque el área, debido a sus particularidades y a las características especiales de Puesto Parada, está abocada a varios proyectos a la vez. Sendas que nunca se terminan, que se bifurcan y se separan. Que parecen recomenzar a cada instante. Y se vuelven a encontrar. Una huella trazada con muchas capas y en paralelo: “Vamos respondiendo en función de las necesidades y las particularidades. Por ejemplo, ahora estamos en una zona de interés paleontológico: Los Bastos. Antes de ingresar realizamos capacitaciones con especialistas, coordinadas por el equipo de Medio Ambiente, para poder establecer criterios que nos ayuden a percibir o identificar lo que puede ser un hallazgo importante y así avisar y aplicar los protocolos correspondientes para respetar la zona y preservar los descubrimientos. Al estar en una zona de interés, estamos operando con todas las precauciones del caso”.