Ahora nos volvimos a ilusionar
En octubre, Nicolás Pastore y Juan Ignacio Darcy, Reservoir Trainees, viajan con su equipo a Texas a la final del PetroBowl, el torneo que mide los conocimientos de la industria.
El sitio oficial de la SPE (Society of Petroleum Engineers) dice: “PetroBowl enfrenta a estudiantes de ingeniería en petróleo en una competencia de cuestionarios de ritmo rápido que cubre aspectos técnicos y no técnicos de la industria del petróleo y el gas”. Su primera edición se llevó a cabo en 2002, aunque no fue hasta 2015 cuando se transformó en un concurso global con eliminatorias regionales.
La instancia final 2023 del PetroBowl tendrá lugar en su tradicional fecha de octubre, en el marco del congreso Annual Technical Conference and Exhibition de la SPE en San Antonio, Texas. Uno de los clasificados a esa etapa final es el equipo del ITBA (Instituto Tecnológico de Buenos Aires), formado por alumnos de cuarto y quinto año de Ingeniería en Petróleo. A ese equipo lo integran dos colaboradores de Tecpetrol, Nicolás Pastore y Juan Ignacio Darcy, además de Milagros Jaureguiberry, Justo Lizondo y Rocío Onsari, dirigidos técnicamente por Gustavo Sebastián Zabala, ex integrante del equipo del ITBA, y acompañados por el director de la carrera, Álvaro Bugari.
“Con pulsadores, como en las películas, y siempre en inglés, incluso en el Nacional”, comienzan Nicolás y Juan Ignacio sobre la mecánica de la exigente competencia, de la que ya superaron dos etapas: “Te dan la pregunta y tenés hasta siete segundos para que alguien del equipo pulse y responda. Es dinámico y competís contra tus conocimientos, contra los rivales y contra el tiempo”.
El año pasado había empezado todo. La primera etapa de un largo camino cuyo primer paso fue el clasificatorio nacional. “Se hizo en Neuquén. La final, contra la UBA (Universidad de Buenos Aires), fue muy pareja hasta la pregunta 20 aproximadamente, ahí sacamos una pequeña ventaja y finalmente ganamos”, dice Nicolás.
Pasó el Nacional y llegó el Regional. Después de un merecido descanso, de vuelta al estudio: escalaba la dificultad y ahora se enfrentaban a equipos de toda Latinoamérica con un objetivo en mente, la clasificación a la ronda final en San Antonio, Texas. Fue el 13 de junio en Port Spain, Trinidad y Tobago. Hicieron podio: clasificaron terceros, derecho al Mundial. “Habíamos estudiado mucho, dos años de preparación. Teníamos la esperanza de llegar a la final, pero no se nos dio”, dice Juan Ignacio. “De todos modos, el partido por el tercer puesto se lo ganamos a LUZ (Universidad del Zulia de Venezuela), los campeones vigentes”.
¿La receta? Esfuerzo y dedicación. Desde fines del 2020 se juntan virtualmente dos veces por semana. Crean preguntas y trabajan sobre la información disponible. Los cinco tienen buen nivel de inglés, que fueron perfeccionando.
Octubre los espera. Los otros treinta y un mejores equipos del mundo están afilando sus saberes. “Desde que volvimos del Regional no paramos de estudiar entre parciales, finales y nuestros trabajos. Estamos muy entusiasmados, tenemos muchas ganas de ir, preparándonos un montón”, confía Nicolás.
“Nuestro primer objetivo era clasificar. Ahora queremos ganarlo. Sabemos que es muy difícil, vamos a ir paso a paso y a hacerlo lo mejor posible. No sabemos si vamos a campeonar pero apuntamos a avanzar de par de rondas. Ahí se verá”. Sonríen. No hay mucho tiempo. Hay que seguir aprendiendo. Tienen una meta, y tienen la misión de llevarla a cabo.