Orgullo salteño
En un nuevo aniversario del patriota Martín Miguel de Güemes, Luciana Fernández, Community Relations (CORE) Analyst, repasa uno de los eventos populares más sentidos de su pueblo. Desfile de gauchos, fogones y mucho baile, al pie del cerro.
Desde que tengo memoria la Guardia bajo las estrellas es una tradición para el aniversario de la muerte de nuestro héroe, Martín Miguel de Güemes, el 17 de junio. La noche anterior se arma una ronda de gauchos, con sus ropas típicas recordando a los paisanos y héroes de la independencia americana. Se reúnen alrededor del Monumento a Güemes, que se levanta como un centinela al pie del cerro, custodiando la ciudad, y arman fogones que mantienen encendidos durante toda la noche. Esa víspera cientos de gauchos rememoran la vigilia que hicieron los “infernales” en la Quebrada de la Horqueta en junio de 1821, acompañando las últimas horas de vida de su general.
Güemes era un joven idealista que admiro mucho. Con 21 años participó de las invasiones inglesas con un heroísmo pocas veces visto en alguien de esa edad. Se formó en la carrera militar, fue gobernador de Salta y defendió la frontera norte junto a los Infernales, con tácticas de guerrilla que las milicias tradicionales no conocían, haciendo imposible avanzar al enemigo.
Se dice que Macacha Güemes, la heroína que era su hermana, antes de subirse al caballo le ataba ramas a los costados, en la montura, de manera que levantaban unas polvaredas que hacían creer al enemigo que se venía un batallón cuando eran un grupo de gauchos. Lo cierto es que realizó tareas de espionaje que permitieron a los infernales obtener información de las tropas realistas, escondiendo papeles hasta en su pollera. Eso se utilizó en la Guerra gaucha, en la que, con muy pocos recursos y mucho ingenio, con la elite salteña de la época en contra, se logró defender las tierras que ya no volvieron a ser tomadas por los realistas.
Aunque fue recién en 2006 que se sancionó la ley que declara al General Martín Miguel de Güemes como “Héroe Nacional”, un paso necesario para destacar el alcance de su participación junto a José de San Martín y Manuel Belgrano en la independencia Argentina y Americana. Recién en 2016, cuando se declaró feriado nacional el 17 de junio, se le dio la importancia que merece a Güemes.
Cada año más cantidad de asociaciones gauchas se suman a la Guardia bajo las estrellas, con sus caballos y trajes típicos. Alrededor de los fogones hay guitarreadas y la gente baila, y así fue que conocí este evento. De chica, tuve mi noche de baile. Con los años la dinámica fue cambiando y en un momento, cuando empezó a hacerse muy tarde, pusieron algunas reglas y un escenario.
Al día siguiente está el acto central, con todas las autoridades, y los gauchos vuelven a desfilar. Entonces aparecen las empanadas y el locro. Lo lindo es que antes venían los adolescentes con sus padres y hoy ya vienen niños ataviados de gauchos. Para esta fecha, también por el turismo, pasa que no se consiguen ponchos artesanales en Salta, porque todo el mundo compra por Güemes.
Respecto al baile, de chica bailé en una compañía de folklore y eso me llevó a escuchar música, y a sumarme a los festivales. Son fiestas donde además de escuchar música en vivo todo el mundo baila. Ahí tenés que tener sí o sí un pañuelo porque siempre vas a terminar bailando. Y casi siempre vuela la harina por todos lados, como una práctica tomada de los carnavales. Cuando toca Sergio Galleguillo, que es un cantante popular reconocido, ya sabés que se va a challar (el ritual andino del carnaval). Y no está mal visto, tiene que ver con la tradición popular.