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Un merecido descanso

A partir de agosto, la planta piloto de extracción directa de litio de Olacapato entra en hibernación a la espera de nuevos ensayos: una buena oportunidad para contarte su historia.

Se construyó en el tiempo récord de siete meses de ingeniería y siete de montaje, superó múltiples desafíos incluyendo los duros inviernos y la altitud, afrontó pruebas exitosas de desriskeo, es decir, de prueba y error hasta que despejar los potenciales riesgos, y el aprendizaje de su gente sirvió para crear manuales y procedimientos operativos: después de tanto camino recorrido, entra en hibernación la planta piloto de extracción directa de litio (DLE, por sus siglas en inglés) en Olapacato, Salta.

Desde una fría mañana a cuatro mil cien metros de altura, Gonzalo Argiró, Lithium Plant Manager, y Nicolás Fiandrino, Energy Transition Technology Expert, hablan con Tecpetrol Hoy sobre la planta y su descanso.

En acción.Últimos ajustes antes de la hibernación.

“Está hibernando, con sus funciones al mínimo, hasta que llegue el momento de realizar los nuevos ensayos”, introduce Nicolás. Gonzalo explica: “La planta se construyó para probar la tecnología a utilizar en Guayatayoc, un salar que estamos explorando en Jujuy, y que será una planta industrial de envergadura superior”.

Tecpetrol, en colaboración con Techint, realizó el proyecto desde el diseño hasta la ejecución, comisionado y la puesta en marcha, que tuvo desafíos de todo tipo: mecánicos, de instrumentación, de control.

Desde su concepción inicial hasta su formato actual la planta recibió múltiples mejoras, producto de las pruebas, los errores y lo aprendido en el camino. Los resultados muestran que el salto cualitativo fue grande y se alcanzaron horizontes impensados tiempo antes. “La misión inicial de la planta era la de probar y desriskear tecnología pero su crecimiento sumó la capacidad de viabilizar activos y ponerlos en valor: tenemos las herramientas y las tecnologías para utilizar en salares que no puede producir nadie”, se entusiasma Gonzalo.

El broche de oro fue la última prueba, que demostró que la planta puede funcionar bien y recuperar una buena cantidad de litio aunque se alimente con una salmuera muy pobre. “Alcanzamos el hito de recuperar la mayor cantidad del litio de las distintas salmueras ensayadas. Esto se logró incluso para salmueras con muy bajo contenido, cosa que, creemos, no hizo nadie nunca”, comenta Nicolás. Gonzalo amplía, pensando en lo que viene: “La tecnología actual de la planta permitirá viabilizar una gran cantidad de salares incluidos dentro del Triángulo del Litio”.

Alturas de Salta.La planta a vuelo de pájaro.

Orgullo de este suelo. La planta es en su gran mayoría de construcción argentina, con ingeniería realizada en Techint y con empresas del país. “Durante todo el proceso, además de mejora continua, tuvimos un aprendizaje tecnológico con el que llegamos a un punto muy alto. Ese aprender constante y el entendimiento profundo de la tecnología es uno de los valores más grandes que nos dio la planta”, suma Nicolás.

Una misión cumpliéndose. Los dos sonríen: “Consideramos que lo avanzado nos permite viabilizar todos los salares del Triángulo del Litio, utilizar de forma sustentable el consumo de agua, la recircularidad de los recursos y apuntalar la parte ambiental para ir hacia la extracción sustentable del material. La premisa de esta planta siempre fue lograr tecnologías químicas que permitan extraer solo el litio y devolver las salmueras a las fuentes de origen. Su objetivo final era escalar la tecnología DLE a nivel industrial. En ese rumbo estamos”.

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